martes, mayo 01, 2012

Palabras...

Se las lleva el viento... ¡Pinche viento!

Las que cuando se dicen al oído, suavecito y muy quedito, estremecen el cuerpo, erizan la piel y alborotan el corazón y también algunos otros órganos... Las que al cambiar a tonos violentos irrumpiendo y/o maldiciendo te pasman, te enmudecen y en ocasiones te aniquilan...

Palabras van, palabras vienen...¡Esas si que son pata de perro!

La que se quedan en el alma, en el corazón y la mente aunque irónicamente ya no logres escucharlas más... Aquellas que te traicionan, que otras tantas veces quisieras no haberlas dicho nunca...

Las que escribes, las que lees, las que dices y las que intentas callar...Las que aprendes a decir pero pocas veces a usar...

Palabras que se inventan, que se renuevan, que crean nuevos lenguajes y formas de comunicarnos...Las que se dicen en clave, las que indirectamente dicen todo lo contrario, las sarcásticas, las que divierten a unos tantos y a otros los convierten en el centro de atención o peor aún en las victimas de nuestras propias palabras... 

Palabras que son mi cómplice...y el tuyo, que solamente comprendemos al mirarnos sin decirnos, al tocarnos sin escucharnos y al dormir mientras soñamos...

Aquellas que se transforman en las "grandes verdades de la vida"... esas que todos conocemos, que usamos a diario...Que comunican y muchas veces no dicen nada...

Palabras que quisiera no haberte dicho nunca, que tampoco hubiera querido callar... Esas que dicen lo que sólo tu y yo sabemos; y que los demás reinterpretan a su modo

Tan incongruentes en ocasiones, tan sutiles, tan enérgicas, tan tuyas, mías, de ellos... Palabras que al pronunciarse de forma simple no logran ser comprendidas, que cuando son complejas pues entendemos menos... 

El silencio, hermano bastardo de las palabras... Aquel que sin decir nada, nos dice todo... El que sin emitir sonido alguno destruye cualquier palabra existente y pesa más que cualquier idioma o diccionario repleto de palabras, incluso de alguno que contenga miles que te sean desconocidas... 

¡Soy una mujer u hombre de palabra!- se dice... ¡Vaya hazaña! 

Y que tal si mejor se es mujer u hombre de silencios? Aprender a decir sin decirnos,  a escucharnos el silencio... Si mejor nos hablamos al  miramos, al tocarnos, con tan sólo respirar... 

Aprender a estar en silencio, sobre todo cuando hemos dicho demasiado y recurrimos poco al generoso don del "mejor no digo nada"

El silencio,aquel que desearía llegase pronto y   logres "escucharlo",  para que así cualquier palabra  nos salga sobrando... 

Hablarte sin decirte, escucharte sin oírte... 

Silencio, bendito silencio... Pero también benditas palabras que hoy me atreví a escribirte y que con un poco de suerte también me anime a decirte tan sólo para que aprendamos a hablarnos en silencio...









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